Una ficción inspirada en hechos reales reabre el debate sobre la desigualdad y los estereotipos en los barrios cerrados del norte bonaerense.
La serie Viudas Negras: ptas y chorras*, escrita y protagonizada por Malena Pichot, se convirtió en uno de los lanzamientos más comentados de la temporada. Pero más allá del revuelo que generó en redes y medios por su tono provocador y su retrato de mujeres que operan como “viudas negras” en countries, en Tigre despertó malestar entre vecinos de Nordelta, quienes acusan a la ficción de estigmatizarlos.
La producción, disponible desde el 27 de junio en TNT y Flow, sigue la historia de dos amigas que, años atrás, se dedicaban a seducir, drogar y robar a hombres en barrios cerrados del conurbano norte. El relato combina humor negro, drama y crítica social. Varias de sus escenas recrean situaciones que, según denuncias mediáticas y judiciales, efectivamente ocurrieron en countries de Tigre en los últimos años.
Una de las más recordadas fue en 2018, cuando una propietaria de Nordelta se quejó por tener que compartir la combi con trabajadoras domésticas “por el olor y la ropa”. Esa frase —que generó indignación pública en su momento— es recreada en uno de los capítulos.
El malestar actual surgió tras la publicación de una nota en la revista Locally, que circula en barrios cerrados de la zona. En el artículo, vecinas expresaron su descontento por la forma en que la serie representa a las mujeres de clase alta. “No la vi pero me parece terrible y hasta pasado de moda hablar así de la gente de Nordelta”, dijo una de ellas. Otra agregó: “La próxima vez nos tienen que preguntar a los que vivimos acá y los asesoramos con gusto”.
La crítica apunta a una supuesta mirada “unilateral” que ridiculiza a las mujeres de los countries y refuerza estereotipos negativos. Sin embargo, otros análisis —como los publicados en Página/12— señalan que la serie toma como base hechos reales y conocidos en la zona, y que la incomodidad que genera forma parte de su propuesta narrativa.
Desde el equipo de la serie no respondieron oficialmente a las críticas, pero en entrevistas previas Malena Pichot había señalado que su intención era incomodar, cuestionar privilegios y mostrar tensiones sociales con una mirada feminista y corrosiva.
Lejos de pasar desapercibida, Viudas Negras reabrió un debate latente en Tigre y otros municipios del norte: el de la convivencia entre clases sociales muy distintas en espacios físicamente cercanos pero socialmente distantes.